HÁBITAT Y DISTRIBUCIÓN
La alimentación del oso pardo depende en gran parte de los frutos y las partes más digeribles de las plantas (brotes y hojas tiernas), por lo que su hábitat ha de ser generoso en frutos de todo tipo y, por otro lado, ha de conservar extensiones bastante amplias para permitir a unos animales tan grandes moverse a gusto, tener lugares tranquilos donde descansar y refugios seguros para encuevarse durante el invierno.
En el pasado los osos poblaban la mayor parte de las serranías españolas y, aunque en muchas de ellas sigue habiendo una abundante cosecha de frutos, la persecución del hombre y la falta de sitios tranquilos han hecho que hoy día el único hábitat viable sean los grandes bosques caducifolios del norte español: la Cordillera Cantábrica y los Pirineos.
Los últimos osos cantábricos viven en los bosques de hayas de Somiedo, Degaña y Monasterio de Hermo o en las masas de roble y abedul de la reserva de Fuentes Carrionas y el alto Pisuerga en la montaña palentina.
La franja más frecuentada por los osos en España es la situada entre los 1.100 y los 1.400 m, si bien hay hábitats favorables para ellos desde los 500 m en la vertiente norte y a menudo suben hasta prados, pastizales y roquedos a más de 2.000 m.
El oso pardo, una especie de amplia distribución
El oso pardo
ocupaba originariamente la práctica totalidad de Europa y Asia, gran parte de
la mitad oeste de Norteamérica y algunas zonas de Oriente Próximo y del Magreb.
Y aunque esta área se ha ido reduciendo progresivamente en los últimos siglos,
todavía es muy extensa, hasta el punto de que en ella se estima que aún habitan
entre 200.000 y 250.000 ejemplares, un número realmente notable para un
carnívoro de su talla.
Los osos pardos ocupan una gran variedad de hábitats, desde semidesiertos fríos, como sucede en el Gobi (Mongolia), hasta zonas costeras o la tundra ártica, como ocurre en Alaska. Sin embargo, su hábitat preferido es el forestal, por lo que se trata de uno de los mamíferos más característicos de los extensísimos bosques de coníferas de la taiga siberiana o escandinava, de los bosques mixtos del este de Europa y de los Pirineos, o de los bosques caducifolios de hayas, robles y abedules de la Cordillera Cantábrica. Las pequeñas poblaciones de osos que resisten en la Europa occidental están vinculadas a los macizos montañosos más agrestes, donde el acoso humano es menor.
Los osos pardos ocupan una gran variedad de hábitats, desde semidesiertos fríos, como sucede en el Gobi (Mongolia), hasta zonas costeras o la tundra ártica, como ocurre en Alaska. Sin embargo, su hábitat preferido es el forestal, por lo que se trata de uno de los mamíferos más característicos de los extensísimos bosques de coníferas de la taiga siberiana o escandinava, de los bosques mixtos del este de Europa y de los Pirineos, o de los bosques caducifolios de hayas, robles y abedules de la Cordillera Cantábrica. Las pequeñas poblaciones de osos que resisten en la Europa occidental están vinculadas a los macizos montañosos más agrestes, donde el acoso humano es menor.
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